sábado, 5 de julio de 2008

Volvemos al ruedo

Si ya sé.... se preguntan porque me fui, porque volvi y mi respuesta es porque sí. Son tiempos difíciles en que la gente se centra en ver como llegar a fin de mes, como sobrevivir. Y entre idas y vueltas, mientras veía a mi hija armar un rompecabezas me vino a la memoria una pelusa que tenia guardada desde hace tiempo, del tiempo de mi niñez. Y esto me trajo a escribir aqui.
¿Tanto tiempo pasó y todavía te acordas? se estarán preguntando... y sí, los buenos recuerdos y los malos momentos siempre quedan. Y en aquella época en que no existía tanta tecnología, un buen rompecabezas, un Rasti, una pista de autos hecha en el cordón de la vereda ocupaba nuestro tiempo de juegos de la mejor manera. Nuestra mayor preocupación consistía en conseguir medias viejas para armar las pelotas tras la cual corriamos hasta bien entrada la noche, a menos que la pelota impulsada con demasiada fuerza, se estrellase e hiciera añicos el vidrio de la ventana, provocando un desbande generalizado y suspensión del partido por falta de garantías. El chasis de un camión abandonado a la vuelta de casa constituía el escenario perfecto para actuar el último capítulo del Gran Chaparral. Y el canal que pasa por la esquina de casa era el lugar perfecto para un safari, munidos de una gomera y una linterna atada en la cabeza, saliamos a cazar los más feroces... ¡sapos!.
Pasar de la tranquilidad de esos tiempos a la vorágine de estos, hace que a veces te olvides del niño que tienes dentro, del que disfruta realmente de la vida. Busquemos ese niño y dejemoslo correr por la casa, que nuestros hijos disfrutarán jugar con él.