sábado, 22 de noviembre de 2008

Amigos viejos y viejos amigos....

Nunca fuí muy dado con la gente, más bien retraido, nunca opinaba en las reuniones, sólo escuchaba. A raíz de eso tampoco contaba con muchos amigos. Muy pocos amigos del corazón y menos de los temporales.
Y a esta edad de mi vida, vine a descubrir que hacer amigos es mucho más fácil de lo que realmente parece, solo hace falta un saludo, mucha sinceridad y corazón y mente abiertas. El resto lo proporciona la tecnología.
Un grupo de personas de distintos lugares, distintas ocupaciones, distintas edades, pero con una sola idea: compartir. Es algo que me dió la tecnología. Y tuve la suerte de encontrar ESE grupo entre tanta actividad de bytes y kilobytes en la Net. Es algo raro (ya varios lo comentaron), pero totalmente fascinante. Porque aún estando lejos de la mayoría, sentís que perteneces al grupo, porque seguís activo en una lista de mailing a pesar que por ahí no responda o participe. Sin embargo al final del día, sentado frente al monitor leyendo todos los comentarios y mails entrás un segundo en la casa u oficina del otro y lo ves haciendo sus tareas o reunidos con la familia en la mesa de la cena.
Y esto es lo que realmente te gratifica, sentirse parte en la vida de los demás y poder abrir tranquilamente las puertas de tu casa a tanta gente. Y el corazón.
Esta entrada es un pelusa que espero que nunca llegue a ser pelusa de los recuerdos, sino que siga siempre presente.
Dedicada a toda esa sarta de... de... de AMIGOS FLASHEROS.
Dani